Ciudad de México, 25 de febrero de 2015 Querido tío: ¿Cómo has estado? Hace 5 años que no te veo, espero que te encuentres bien tanto física como mentalmente. Quiero decirte que aquí no ha cambiado nada desde hace 5 años, todo sigue exactamente igual: misma comida, juegos que no cambian, apuestas que no rebasan la cajetilla de cigarrillos, en fin…, todo es monótono. A propósito, quiero darte las gracias por mandar cada mes cigarrillos, la verdad es que me mantienen despierto y se me han vuelto un hábito que creo difícil de superar, pero como no hay nada que hacer, fumo constantemente para sentir que estoy vivo. El fin de esta carta es por dos razones: la primera es para preguntarte si ya han dado con mi hermano; yo tengo fe en que tú junto con las autoridades hacen hasta lo imposible por hallarlo. Por favor, tío, no se rindan, yo siempre mantendré la esperanza. En cuanto salga de este lugar mi única prioridad será encontrarlo aunque me cueste la vida. Tío, te vuelvo a rec...