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Mostrando entradas de junio, 2020

Son of a bitch

En 1877 Billy the Kid escapa del sabor del pecado a Nuevo México, y no por miedo a su captura o al declive (ya había padecido el encierro dos veces y constantemente lapidaba el sueño de la muerte), sino por la mera ventura de ser el bandido perfecto. Es en el condado de doña Ana donde conoce a the Boys, banda dedicada al robo de vacas y caballos; es en el condado de doña Ana donde entrega su lealtad y donde acuña el placer de abrir fuego con un arma. Desde luego nadie queda exento de las peripecias instintivas, y Billy the Kid, en medio de uno de los muchos atracos de la banda, alcanza a distinguir en el establo a una joven que derrite el semblante de quien le presta los ojos. Billy the Kid no vacila el instinto; un impulso innombrable lo hace correr hasta la joven, quien permanece con los pies hundidos en la tierra, y le cubre la boca seca con su mano enlodada, mientras que con la otra la desnuda con desdén. La joven no reacciona al hecho irascible, y en lugar de defenderse ve t

Minificción en la poesía

Hace 14 años asistí a una conferencia que se titulaba “Minificción en la poesía”. El auditorio albergó alrededor de 300 personas y yo pude estar en los lugares de en medio, donde es difícil percibir al expositor, pero no el conocimiento que se refleja en la palabra. En ese entonces yo estaba por finalizar mi tesis acerca del proceso creativo del escritor. Una de mis suposiciones se centró en que la realidad del escritor, el modo de aprehensión de esa realidad, teóricamente la poesía, no es imaginaria ni de naturaleza sensitiva, sino que es un fenómeno que vive el escritor; por ejemplo, Cortázar convivió con sus cronopios en el intermedio de un concierto de Ígor Stravinsky, el acontecimiento de canibalismo que relató Poe y que 46 años después se hizo realidad, la venganza de la muerte del padre de Rulfo, el sueño uxoricida que se le dio a Louis Althusser y se llevo a cabo años más tarde. El caso es que durante la conferencia referida unos tipejos al lado mío me preguntaron si cono

El Otro

Yo sé que se me ha revelado algo, y ese algo lo encontraré en las montañas del Himalaya. Acaso Artemidoro de Éfeso mostró que algunos de nuestros sueños son proféticos, y que la imagen se le da al hombre a través de la Conciencia por los dioses. Y yo soñé un fin, y al mismo tiempo un principio; soñé que todas las cosas era sintonía, que nuestros átomos están antes del tiempo y a la vez en el presente y futuro; soñé con la sucesión de Fibonacci y la mano que se atreve a dar orden; soñé con los patrones de la naturaleza.   Y después vino el éxtasis, la epifanía que jamás podré explicar con palabras porque es lenguaje de los dioses. Pero sí puedo decir que allá, en las montañas del Himalaya, es donde principia todo, y que yo no seré un hombre, sino que en el día menos esperado tendré un equilibrio interno y los dioses me tomarán las manos para formar su símbolo: me crecerá pelo grueso y blanco por todo mi cuerpo y dientes de tigre y mis pies serán como los de los orangutanes. Yo sé q