(A)mar


A Lu


Me acerco, y una brisa me carga entre sus balas de agua, quizá para demostrar que no toda guerra es un signo de desorden y egoísmo.
Me acerco más, y mientras un calzado de oro viste mis pies, intento ver hasta dónde muere el mar, pero la respuesta es otra; la respuesta es fruto de mi alma.
Me acerco lo suficiente para ver cómo un mar claro abandona conchas y tortugas, y la vez me ampara.
Me acerco un poco más, y hay presión en mi corazón, pero liviandad en mi cuerpo; palpitación en mi sueño, pero estoy despierto; ganas de ser parte…
Y por fin, después de tanto acercarme, entretejo tus labios a los míos.


Comentarios

Entradas populares de este blog

Al séptimo día

Sueño causado por el vuelo de un mosquito alrededor de mi oreja un segundo antes de despertar

El placer de las especies